martes, julio 07, 2009

Malditas espigas.....

El otro día fuimos a pasar un bonito fin de semana a las Hoces del Duratón. Todo parecía perfecto, buena zona, una buena área donde aparcar la furgoneta y dormir tranquilos tras meternos entre pecho y espalda una buena fabada (como no, LITORAL jajajaja), y Chui más contento que Juan Pimiento con tanto campo para correr, enredar, olisquear,....

La mañana del sábado nos despertamos con decisión de recorrer una ruta que nos habían recomendado en la casa del parque de unos 10 km de extensión bordeando el río Duratón. El paseo empezó con sobresalto, cuando al cabroncete de Chui le pareció buena idea cabrear y correr detrás de un enorme gato montés. Pasado el susto inicial, todo parecía como en las películas de Disney, nosotros caminando entre árboles y Chui danzando entre los jaramagos intentando cazar algún que otro ratón de campo o lagartija (qué iluso...estos perros de ciudad....). Tras completar la ida y después de zamparnos unos sandwiches de jamón york y queso a pie de río, comenzamos la vuelta, aunque si digo la verdad se me pasó por la cabeza buscar un transporte alternativo para volver al aparcamiento donde habíamos dejado el coche.

No llevábamos ni 200m de los 10 km que teníamos que recorrer cuando Chui salío de entre unos arbustos estornudando como si se le fuese la vida en ello. Sergio y yo nos miramos y aunque no articulamos palabra estoy seguro que los 2 pensamos en ese momento lo mismo: "mierda! nos quedamos sin perro!". Empezó a sangrar por la nariz y siguió estornudando como una bestia, a la vez que se revolcaba por el camino, retozaba con el hocico en el suelo y lloriqueaba. Le echamos agua por la cabeza y Sergio le cogió en brazos para continuar el camino, puesto que Chui se había negado en redondo a dar ni un paso más.

A medida que avanzábamos en el camino pareció mejorar así que pensamos que había olido algo que le había dado reacción. Pero al llegar el lunes al veterinario nos dijo con toda seguridad que se le había metido una espiga en la nariz. "¿Pero cómo puede ser que los perros no tengan preparada esa nariz olisqueadora para evitar estos altercados?"- pensé yo-. Nos dió corticoides y nos dijo que si en 4 días no se le pasaban los estornudos había que sedarle y quitárselos. Y en esas estamos, hoy le llevaremos a ver si le quitan la dichosa espiga o lo que sea que se le ha clavado...pobre Chui, sólo 10 meses y su primera operación.... este "supercan" ya ha gastado demasiadas vidas.... esperemos que a partir de ahora deje de meterse el líos, que siempre que salimos por ahí nos la arma.